Restauración del templo parroquial.

El templo de ésta que es la Parroquia La Inmaculada Concepción, es una construcción austera que, a excepción de la torre y de la casa cural, está levantada en tierra pisada y madera, y techada con teja de barro. Y éste es su valor y su singularidad: el estar construída con materiales y técnicas propias de la región. Las maderas del interior del templo, especialmente las del altar, los arcos y las aplicaciones, fueron labradas por ebanistas virtuosos. Y le dan calidez, nobleza y hermosura al templo y guardan una excelente acústica.

La restauración, que es obra del párroco José Miguel Velásquez Moreno, respetó los elementos originales. Adornó sí los ventanales con 12 hermosos vitrales pintados por los jóvenes artistas santuareños Álvaro Bedoya y Álvaro Soto y adecuó, detrás del altar, una capillita, con entrada por la calle 6, para ceremonias privadas.

El templo parroquial es lugar sagrado que está fijado en la memoria de los santuareños con la misma fuerza, con las tantas evocaciones, con que se guardan los recuerdos esenciales de la infancia. Muchos de los momentos inolvidables de la vida personal, familiar y comunitaria han ocurrido dentro del templo: bautizos, primeras comuniones, matrimonios, funerales, fiestas patrias, celebraciones religiosas... El templo es fundamento de la vida del municipio y de sus pobladores. Por eso es tan necesaria su conservación.

Al padre José Miguel Velásquez Moreno, nuestro reconocimiento y gratitud, no sólo por la restauración del templo, sino porque además avanza en la del cementerio y porque es, sobretodo, sacerdote amoroso con esta tierra y con sus gentes.

Párroco José Miguel Velásquez Moreno.