Los días de la semana son parecidos, casí monótonos, en la dureza del trabajo y de los oficios campesinos; menos el sábado, que tiene la novedad, la gracia y el ánimo de las ferias, pues es el día de mercado, el cual sucede a cielo abierto en la plaza principal.
Cientos de campesinos llegan el sábado al poblado y lo llenan de mil voces, de historias, de colores, de caravanas de jeep Willys...(De las cocinas se levanta la delicia de olores frescos de fritangas y sancochos.)
El sábado es el día de reencuentro de vecinos y conocidos, de agricultores y comerciantes. Es día de intercambio social y económico, cuyo centro es el café.