Santuario Risaralda, Colombia.
Peligro de minería en el Parque Nacional Natural Tatamá. ¡Defendamos el agua!

sábado, 25 de julio de 2009

Cerritos.

Cerritos, en jurisdicción del municipio de Pereira, es un punto de cruce de caminos que comunican el centro, el occidente y el sur del país. Es una tierra fértil, cálida, ondulada, de paisajes muy verdes y de luz brillante. Es paso obligado entre Pereira y numerosos municipios; también lo es de Santuario.


Cerritos se fija en la memoria por su belleza natural... y por las exquisitas piñas que produce. Pasar de largo sin saborear una, causa desazón. Tan jugosas, dulces, aromosas!



Cerritos ha cambiado. Construyeron un puente elevado y pasos deprimidos para orientar y agilizar el tránsito. Los buses y vehículos de transporte público no hacen la parada de antes. Los vendedores ya no los rodean ofreciendo a gritos a los pasajeros, rebanadas de piña, panderos, pandebonos, en poncheras de aluminio levantadas a la altura de las ventanillas. No hay el vocerío de estación de antes. Ahora atienden desde puestos levantados a la orilla de la vía.




- ¡Pare un momento! Deje el afán. Vamos a comprar unas piñas.
- Tres por $5.000: perolera, manzana, cayena, oro miel. ¿De cuál quiere, señor?
- Oro miel, por favor. (Qué nombre tan bello para una fruta.)

viernes, 17 de julio de 2009

Escuela J. F. Kennedy

El lugar que hoy ocupa la escuela John F. Kennedy fue conocido antes como La Plazuela. Entonces era un espacio público abierto, en tierra, donde jugaban los niños del lugar y en cuyo centro había una pequeña pila surtida por el acueducto municipal. En él solían instalarse las carpas de los circos y los juegos mecánicos que llegaban al pueblo.

A consecuencia del incendio que en el año 1974 destruyó parte del viejo caserón donde funcionaba la escuela J. F. Kennedy, situado al frente del edificio donde está el colegio María Auxiliadora, en lo que hoy es el Hogar Infantil, se decidió reubicarla en La Plazuela.

Esta nueva escuela Kennedy tenía un rosal cuyos ramos de flores se asomaban a la calle y una entrada guardada por pinos que aromaban los salones y el patio de recreo, que todavía perfuman los recuerdos de quienes allí estudiaron.

domingo, 12 de julio de 2009

En la mañana


Amanecer

Santuario, visto desde la vereda El Tambo, durante un amanecer veranoso del mes de julio.