Parque Municipal Natural Planes de San Rafael

El Parque Municipal Natural Planes de San Rafael es la puerta de entrada al Parque Nacional Natural Tatamá. Y es un patrimonio público de paisajes apacibles y hermosos, con senderos que permiten un encuentro con la naturaleza, con sus montañas, bosques, el río, aire puro, tradiciones campesinas… y favorece el conocimiento de nuestros recursos naturales. Con un centro de visitantes confortable atendido por los campesinos del lugar. Este es un territorio para encontrarse con la vida, al cual estás invitado.

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Flora: Parque Municipal Planes de San Rafael, Santuario Risaralda.

El Parque Municipal Planes de San Rafael está situado en el municipio de Santuario Risaralda y dista 10 km del poblado (30 minutos en automotor), los cuales se recorren por una carretera veredal que se conserva en buenas condiciones. Hace parte del Sistema Municipal de Áreas Protegidas y Suelos de Protección de Santuario. Es un logro de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, CARDER, y del municipio de Santuario, a cuya consolidación han contribuido varias entidades entre las que destacan La Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales (Parque Nacional Natural Tatamá) y el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, con la formación del grupo de guías.

Río San Rafael en su curso por el Parque Municipal Planes de San Rafael.

Este parque comprende un área protegida de 103 hectáreas y un centro de visitantes. Sus propósitos son la protección de la cuenca media del río San Rafael, el cual surte de aguas al acueducto del municipio; la conservación de la flora y fauna nativas, los recursos paisajísticos y el patrimonio cultural y arqueológico; la conservación y manejo de los ecosistemas naturales y agraoecosistemas; el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades asentadas en la zona de influencia del área del parque y el favorecimiento de la investigación científica, la educación ambiental y las actividades recreativas compatibles con los objetivos propuestos. (Acuerdo Municipal No. 95-29 “Por el cual se crea el Parque Municipal Natural Los Planes de San Rafael”).

Centro de visitantes Parque Municipal Natural Planes de San Rafael, Santuario Risaralda

El centro de visitantes –una antigua y hermosa casona campesina restaurada y adecuada por la CARDER- es administrado por la Junta de Acción Comunal de la vereda y ofrece albergue para 40 personas, auditorio con capacidad de acomodo para 60 personas, salón social, servicio de restaurante y de guías especializados para quienes deseen realizar investigaciones o caminar por los senderos, conocer especies de flora y fauna y disfrutar de este patrimonio público. Del año 2000 a la fecha se han recibido más de 3000 visitantes. Lo dicho: estás invitado a vivirlo, a disfrutar, cuidar y conocer.

Senderos Parque Municipal Planes de San Rafael, Santuario Risaralda

Información:

Junta de Acción Comunal Planes de San Rafael: Ovidio Ledesma. teléfono móvil 311 719 17 17
Guías: Cristina Jaramillo. Teléfono móvil 312 255 25 22. gaiaplanes@yahoo.es
CARDER: Oficina Áreas Protegidas: teléfono (6) 3141455.
Parque Nacional Natural Tatamá: teléfono (6) 3687964.

Entrevista en La Blogoteca

La Blogoteca, que es la más importante página de promoción de la actividad bloguera nacional, ha reseñado el blog municipiodesantuario, del cual ha dicho que “…es modélico por muchas razones, pero sobre todo porque cumple con la que tal vez sea la principal función del periodismo: integrar a la comunidad, traer y llevar argumentos y datos que generan entre los ciudadanos conciencia de su vida colectiva y sentimiento de comunión con los demás.” y ha publicado además, una entrevista realizada a su editor Everardo A Gallego Caicedo, las cuales están disponibles para su lectura en los enlaces que a continuación se detallan.

Reseña: Ver reseña del 17.abril.2006.

Entrevista: Ver entrevista del 17.abril.2006.

Semana Santa: Domingo de Resurrección.

Para terminar con el registro de la Semana Santa, van estas imágenes del Domingo de Resurrección.

Esta primera fotografía muestra el tránsito de la procesión por la calle La Trilladora, en la esquina del colegio Instituto Santuario. Vestidas de verde aparecen las damas del Club de la Salud. Se observan además, los balcones y los frentes de las viviendas propios de esta arquitectura de la Colonización Paisa.
En esta última fotografía, la imagen del Resucitado con el fondo de los árboles de la plaza municipal y de este cielo montañero.

Semana Santa: Viernes - Procesión del Viacrusis.

La procesión del viacrusis es una de las más concurridas. Inicia en el área rural, 2 kilómetros antes de la entrada al municipio, en la vereda El Tambo. En la primera fotografía se nota la cinta de la carretera ocupada por numerosas personas que participan de la procesión.

La procesión transcurre pues, por la vía principal de acceso al pueblo. La gente camina por esta vía pavimentada bordeada de cafetales y de árboles. Y es muy agradable, pues se va acompañado de la familia, los amigos. Y a la vez que se camina y participa del evento religioso, se disfruta del paisaje campesino que es muy colorido y hermoso.

La procesión recorre algunas calles del municipio y termina en el templo parroquial. La siguiente fotografía recoge un detalle de la calle Rial. Adelante de las imágenes va el sacerdote José Miguel Velásquez Moreno, párroco, gran animador de estas celebraciones y a quien se debe la restauración del templo La Inmaculada Concepción.

Semana Santa: Jueves - Procesión del Prendimiento.

Esta procesión inició a las nueve de la noche. Partió del Asilo de Ancianos y terminó en el templo parroquial. En ella participan sólo los hombres. Cada uno –niño o adulto- lleva una vela encendida y todos marchan guardando silencio. Es una ceremonia sencilla, de pueblo pequeño y montañero, sin más lujos que la presencia de las gentes y los sacerdotes y por eso mismo, íntima y solemne. Los hombres van silenciosos, protegiendo la pequeña llama que portan como se protege la vida misma; van espantando oscuridades, miedos y violencias. Van juntos, solidarios, alumbrándose el camino los unos a los otros; juntos defendiendo la luz …

Celebración de Semana Santa: Domingo de Ramos

Procesión de Ramos.

La fotografía recoge el paso de esta procesión de Ramos por la calle Santander.

La oficina municipal del Parque Nacional Natural Tatamá del Ministerio de Ambiente entregó arbolitos a los participantes para que animaran la procesión y luego los sembraran en sus fincas. Un evento religioso, de encuentro familiar y ciudadano, con connotaciones de protección de especies vegetales.

Inmigrantes contra el muro.

Mientras en los Estados Unidos los senadores demócratas y republicanos discuten la suerte de 11 millones de inmigrantes indocumentados, estos participan en manifestaciones de protesta en distintas ciudades norteamericanas y anuncian, para el 12 de abril, el Día sin Latinos, como una expresión de resistencia pacífica y de rechazo a las severas medidas de control y de criminilización de inmigrantes y de penalización de quienes les colaboren y contraten, contenidas en el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes de ese país en diciembre pasado.

Entre tanto, en Colombia se guarda un silencio indolente, apenas roto por una que otra voz aislada, como si este drama, que envuelve a miles de colombianos que residen ilegalmente en Estados Unidos, no importara y no involucrara a miles de familias que en el país subsisten de las remesas que ellos envían.

Si al drama social que vive el país se agrega la deportación masiva de estos inmigrantes, tendríamos un cuadro de pesadilla. Basta con recordar que, según el Departamento Nacional de Planeación de Colombia, el valor de las remesas que giran los colombianos residentes en el exterior alcanzó, en el año 2004, US$3.857 millones, lo que equivale al 3,96 por ciento del PIB y al 23,4 por ciento de las exportaciones totales; es decir, superó de lejos el valor de las exportaciones de café.

Esta perspectiva debiera motivar, al menos, la opinión sobre este particular de las autoridades nacionales más sobresalientes, como también la de los actuales candidatos a la Presidencia de la República, puesto que están en el deber de asumir la protección de los derechos humanos de los colombianos residentes en Estados Unidos y en el exterior.

Y es el que el proyecto liderado por el congresista republicano F. James Sensenbrenner y aprobado por la Cámara de Representantes es para indignarse, pues más allá de las criminalizaciones y penalizaciones ya dichas, propone la construcción de un muro físico de 1.130 km en la frontera con México y de otro virtual y endemoniadamente sofisticado, que contará con sensores terrestres; fibra óptica bajo tierra para detectar las pisadas de las personas; aviones a control remoto; vigilancia satetital, radares subterráneos… Muros que más que separar a Sur América de los Estados Unidos, servirán de encierro a los propios norteamericanos y serán el signo de propósitos excluyentes y discriminatorios.

Es claro que los inmigrantes no son la raíz del problema, pues ésta la constituye el sistema económico desigual que impera. La inmigración obedece a la ley de oferta y demanda del mercado: la mano de obra irá donde se necesite y donde mejor se remunere. El marginamiento laboral, la exclusión social siempre encontrarán y cavarán huecos que lleven hasta la abundancia y las mejores oportunidades de los países ricos. También, el desequilibrio existente entre las economías del norte y las del sur es un poderoso motor que niega posibilidades aquí y las concentra allá. En la zona cafetera, un joven campesino ocupado en trabajos agrícolas devenga en un día, en una jornada de 9 horas, el equivalente a 5,7 dólares. En Estados Unidos esos mismos 5,7 dólares se los gana en 40 minutos fregando platos, cortando césped o componiendo techos. ¿Habrá muro entonces, que pueda contener esta desigualdad?

El municipio de Santuario no escapa a esta realidad. Cientos de nuestros paisanos laboran en Estados Unidos y muchos de ellos son indocumentados. Gracias a las remesas que ellos envían, sus familias han podido sobrevivir con dignidad, sus hijos pueden estudiar, han logrado tener vivienda propia y algunos inmigrantes han comprado unas pocas cuadras de tierra para cumplir con la ancestral vocación campesina que alienta a la gran mayoría de ellos. Y para lograr este propósito se han ido lejos, a España, a París, a Londres, a Estados Unidos y han dejado atrás y con dolor, la familia, los paisajes y los amigos de infancia, el vecindario, la lengua materna…. Y soportan nostalgias y soledades incurables, persecuciones, discriminación y vejaciones. Son santuareños que trabajan duro y honestamente con el sólo propósito de retornar algún día a su tierra natal y vivir con dignidad, cobijados con una esperanza cierta.

Torre del tempo La Inmaculada Concepción, Santuario Risaralda.

Estamos con ellos, pues no hay distancia que los desarraigue de la tierra natal, porque no son culpables sino víctimas de estos modelos económicos y porque, soportando las penurias del exilio, luchan contra la propia pobreza y la adversidad, proveen bienestar y dignidad a sus familias, generan prosperidad en los países donde residen y ayudan a construir, en Colombia, una vida más amable y un municipio mejor.